miércoles, 4 de agosto de 2010

La vida me demanda otro rostro

La vida me demanda otro rostro, 
otra postura
el vaivén de los años
los escollos
las rocas
me han dejado la piel expuesta a la sal
Dentro de mí
se reacomodan las palabras
y las emociones
para un mundo que se ha hecho viejo
y desdentado
Cuesta abandonar el oasis
al que una soñaba llegar
Mirar el entramado de
las pasiones humanas
y aprender que nadie está a salvo
de la iniquidad
Es en el desvelo
y las pesadillas
donde yace el misterio
que no resuelven las revoluciones
ni las utopías
El lado oscuro del alma
es tan cierto como su luminosidad
y sus laberintos son grutas
donde las almejas y los cangrejos
esconden sus pinzas rosadas
prestas para el mordisco de la sobrevivencia
Tantos años he querido
interpretar el mundo como un proyecto inacabado
de Paraíso Terrenal.
Mis lecturas de libros amables
la nobleza de mis ancestros
mi infancia plácida
no me prepararon para lo inicuo
lo informe, el desafío de los entuertos


Como la luna
he sido horadada por una lluvia constante de meteoritos
Me pesan las vendas en los ojos
y las sonrisas sostenidas a punta de fe
Me pesa la confianza
como una ceguera fácil y sin profundidad


Para esto me servirá la madurez
para adentrarme más allá del verdor
y ver y amar sin miedo la totalidad:
la podredumbre
igual que la gloria.


La vida me demanda otro rostro
Quitarme la máscara de infancia
Gritar.
                                                              Gioconda Belli







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